–¿Cómo deseas pagar? ¿Con efectivo, tarjeta débito, crédito o criptomoneda?
Son preguntas que nos harán con frecuencia en el futuro. ¿Por qué? Cada día, los términos de blockchain y criptomoneda se utilizan con más frecuencia en nuestro léxico; esta nueva forma de monedas alternativas también está causando preguntas en la sociedad como: ¿Debería comenzar a invertir en Bitcoin o Ethereum? ¿Qué pasará con la moneda corriente y tradicional? ¿Las criptomonedas tendrán un futuro o es una moda pasajera?
No hay todavía una respuesta clara a estas dudas, pero sí hay otra pregunta que es mejor hacerla: ¿qué tan cerca estamos en que los gobiernos comiencen a adoptar las criptomonedas en su economía?, ¿la moneda tradicional de una nación puede convivir con el uso corriente del Bitcoin y las otras criptomonedas?
La respuesta es: sí es posible. Te contaremos por qué la criptomoneda está acogiendo fuerza en el uso cotidiano de varias naciones y cuáles son los caminos de cómo un gobierno puede adoptarlas.
Razones que la criptomoneda comienza a ser aclamado como monedas alternativas
En el mundo digital, se habla de una “descentralización” frente a los monopolios tecnológicos; buscar metodologías alternativas de cómo almacenar y hacer que las aplicaciones, servicios o productos se navegan a través de más de una nube; que la información personal de los usuarios no sea de beneficio para unos pocos, para sacar provecho de nuestros datos privados. También con el dinero hay una aclamación de que no sea centralizado ni hegemónico; como es en este caso, la criptomoneda, una divisa no es necesariamente controlada por una entidad gubernamental ni bancaria, sino una descentralización monetaria.
Gracias al uso del blockchain, hacer transacciones de criptomoneda es totalmente transparente porque en esta forma de almacenar información (pensado como un libro mayor digital), todos los usuarios pueden ver quiénes son los implicados y cuánto dinero se está pasando de una mano a otro.
Claro está, algo que no está exento. La criptomoneda con el dinero tradicional es la volatilidad que ambas están expuestas. Sea debido a eventos mundiales que afecten un país que mina criptomoneda en que haya una censura de su Internet, apagones en estas “granjas mineras” que son los lugares físicos donde tienen equipos de computación dedicados a generar más criptomonedas; son algunas de las razones que el valor de una de monedas digitales tenga más fuerza unos días que otros.
¿Qué tiene que ver la descentralización de la tecnología con el dinero corriente? Tomamos Venezuela como ejemplo, un país donde su moneda tradicional ha sido devaluada producto de la hiperinflación. Para que los venezolanos pueden comprar sus bienes, comida y pagar servicios a precios que no sean demasiado elevados con respecto al bolívar, están recurriendo a la criptomoneda como una forma alternativa de pago.
Chainalysis, una plataforma de data en blockchain, en su reporte 2021 sobre los índices de adopción global de criptomoneda (2021 Global Crypto Adoption Index), notaron que países como Venezuela, Kenia, Vietnam y Nigeria están adoptando la criptomoneda porque no tienen un acceso fácil en realizar intercambios de “monedas centralizadas” como son el dólar o el euro (sea por políticas extranjeras o falta de inversión foránea). Es curioso que estas naciones también realizan grandes volúmenes de transacciones en plataformas peer-to-peer (P2P), facilitando más el intercambio de estos criptoactivos entre los ciudadanos. Por ende, la devaluación del dinero local ha empujado que gran parte de los residentes de estos estados compren criptomonedas para salvaguardar gran parte de sus ahorros y tratar de tener una mejor calidad de vida.
No solamente está como finalidad la adopción de la criptomoneda en naciones para ser descentralizado frente las políticas de otro país o entidades bancarias. En el caso de Bitcoin que ya está internacionalizado y por sí tiene muchos intereses económicos en juego, hace que los estados que lo acogen atraigan más inversión extranjera y una mayor globalización de su economía.
Miremos el caso de El Salvador, que fue el primer país en adoptar el bitcoin como moneda oficial junto con el dólar. En 2021, el presidente del país centroamericano, Nayib Bukele, compró unos 550 bitcoins que es el equivalente de 23 millones USD.
Precisamente, adoptando esta criptomoneda permitirá que los comerciantes salvadoreños tengan con mayor facilidad en pagar la importación y exportación de sus productos. Y los inversionistas extranjeros pueden comprar bienes raíces con su dinero digital sin tanto complejidad como puede pasar en otros países.
Viendo que los países están adoptando la criptomoneda, sea como alternativa a una moneda devaluada o para atraer inversión extranjera, ¿cuáles son las dos formas en que un gobierno puede ponerlos en circulación?
Primer camino: adopción de una criptomoneda ya existente
Volvemos al ejemplo de El Salvador. Al principio, lo que hicieron los salvadoreños era asociarse con Strike, una empresa de finanzas digitales para crear una infraestructura para manejar bitcoins, y la alianza junto con Athena Bitcoin, que instalaron 1,500 cajeros en el país. Después de tenerlo establecido, el gobierno anunció el lanzamiento del Chivo Wallet, una billetera digital que actúa parecido a una cuenta bancaria en lo cual las personas almacenan su dinero digital ahí.
¿Y desde lo político? Es importante tener una administración gubernamental que respalde la iniciativa. Para prosperar en la adopción de la criptomoneda, es indispensable que la economía de una nación no esté demarcada estrictamente a las nociones y acciones de un gobierno; que el país también tenga comercios internacionales con los demás como son los tratados de libre comercio que respaldan una inversión extranjera y que otorga una autonomía económica a los empresarios;, y lo más importante, que no haya censura de ningún tipo.
Guillermo Torrealba, CEO de la casa de cambio Buda, opina “que el uso aceptado de las criptomonedas por un país podría generar confianza en el criptoactivo y desatar un efecto dominó de adopción”. Es decir que países como El Salvador que ya usan el bitcoin como moneda nacional, pueden prosperar mucho mejor su economía –gracias a la inversión extranjera– que los otros estados que todavía no lo hacen.
Segundo camino: “digitalizar” la moneda actual
Por otro lado, los gobiernos y entidades bancarias pueden tener un recelo a otras monedas que no son manejadas ni administradas por ellos mismos. No obstante, no se puede tapar el sol con un dedo en no reconocer que el uso de las criptomonedas va creciendo en nuestro comercio y sociedad.
¿Cuál es la otra alternativa para estos gobiernos? Existen los central bank digital currency (CBDC), o traducidos al español como monedas digitales de las monedas gubernamentales, que son las criptomonedas emitidas directamente por un banco central de un país. En pocas palabras, es la plata corriente que uno utiliza, solamente digitalizado. Un ejemplo sería si EE.UU. hiciera que el dólar sea un CBDC, si alguien tuviera 45 dólares digitales, serían el equivalente de USD 45 físicos.
El beneficio de un CBDC es que es considerada como más segura y estable. Claro está, estas criptomonedas actúan de la misma manera como las monedas tradicionales en que están supeditadas a las políticas de un gobierno, hechos mundiales, precio del barril, entre otras.
Fernando Fernández Méndez de Andes, un economista y docente del IE Business School, en una entrevista con TechMonitor, afirma que un CBDC complementa los billetes y monedas por ser una moneda legal emitida y responsable por el banco central sin ningún riesgo de intercambio ni costo adicional como pasa con las otras criptomonedas que son consideradas especulativas.
Debido a que los CBDC son emitidos por un banco central, no requieren el uso del blockchain como lo hacen las demás criptomonedas. ¿Por qué? La centralización de la administración de estas monedas digitales por parte de un banco central y su gobierno causa un sentido de seguridad en las personas.
Varios países también ya están o van por el camino en adoptar los CBDC. China, Las Bahamas y Suecia han hecho esfuerzos para ir usando de a poco estas criptomonedas. Aunque la Unión Europea, Japón, Estados Unidos y otras naciones han expresado sus intenciones de también ir incursionando su moneda tradicional por estos medios digitales.
La criptomoneda, sea regulada por el gobierno o blockchain, vendrá
De acuerdo con una encuesta realizada por YouGov (una firma internacional de investigación en línea y análisis de datos) a 33 mil estadounidenses, 38% de los encuestados creen que dentro de 10 años las criptomonedas tendrán más presencia y mejor vistas en el comercio, siendo aceptadas por la mayoría como un medio legal de pago.
En el caso de Latinoamérica, la adopción de criptomonedas sigue también en crecimiento. El Statista Global Consumer Survey arrojó en sus resultados que Argentina lidera en la región con un 21% de encuestados que afirman usar o tener monedas digitales, luego sigue Colombia con un 15%, Chile con 14%, Perú y Brasil con 13% y finalmente México con un 9%.
En pocas palabras, la adopción de las criptomonedas no es una moda que se va a ir en ningún momento cercano. Sea debido para contrarrestar una moneda débil o para atraer inversiones extranjeras, adoptando una divisa digital existente o crear una CBDC, será las decisiones en los próximos años si los gobiernos harán los pasos correctos para incursionarse o no.